¿Habrá algo más difícil que
despedirte de un hijo al que no conocerás?
Desde la premisa ya dan ganas de correr por los pañuelos y, al ver esta (un poco olvidada) cinta de Michael Keaton y Nicole Kidman, las emociones no dejarán de correr.despedirte de un hijo al que no conocerás?
En el momento en que menos lo espera, un joven y exitoso profesional de las Relaciones Públicas en Los Angeles (Bob Jones, espléndidamente caracterizado por Michael Keaton), es informado de que en pocos meses, merced a una enfermedad incurable, dejará de existir. Paradójicamente, su bella y solidaria mujer (Gail, interpretada por Nicole Kidman) se encuentra en proceso de gestación para, en pocos meses, dar a luz al primer hijo de la pareja.
Con mesura, sensibilidad y gran empatía, Bruce Joel Rubin, cineasta y guionista del film, hace al espectador acompañar a Bob y a su mujer en este difícil y aleccionador tránsito que, con la más que oportuna y sabia intervención de un médico tradicional chino (Mr. Ho, encarnado por Haing S. Ngoe), invita a Bob a enfrentarse, confrontarse y a aceptar que su aparente felicidad y éxito no son sino la máscara de una persona dolida que trae muchos nudos interiores y es un verdadero desconocido, tanto para sí, como para su familia y gente cercana. Atiende, entiende, comprende, resuelve y, aún a tiempo, da forma a un inapreciable legado de amor y entereza que lo reconcilia con la vida y consigo mismo.
Quizá una frase del film lo resume todo:
“Es duro aprender de la vida
a través de la muerte”
No hay comentarios:
Publicar un comentario